Entre la Nieve y los Cerezos
Una sonrisa, un rostro alegre, una planta de orquídeas y un abrazo de mi hija me esperaban en el aeropuerto de Seattle. Salí a finales de Febrero y el retorno a casa ya estaba agendado, para abril; nunca estuve fuera en un lapso tan largo. Los primeros 20 días que estuve sola, fueron dedicados, para un encuentro con mi yo superior, un retiro conmigo y habitarme, para agradecer por lo que no tuve y ahora tengo, por lo que fue y ya no es, con fe y la certeza de las maravillosas bendiciones que vienen; el tiempo lo aproveché también para tomar dos certificaciones que ya tenía planeadas: U𝒏𝒂 𝒅𝒆 𝒆𝒍𝒍𝒂𝒔 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝑷𝒓𝒂𝒄𝒕𝒊𝒄𝒂𝒏𝒕𝒆 𝒅𝒆 𝑻𝒆𝒓𝒂𝒑𝒊𝒂 𝑵𝒂𝒓𝒓𝒂𝒕𝒊𝒗𝒂 𝒚 𝒍𝒂 𝒐𝒕𝒓𝒂 como Coach en Manejo del Estrés (ya les explicaré por qué las hice); mi hija regresó y los días restantes sumaron un tiempo extraordinario compartido con ella🌟. Nunca es tarde (para algunas cosas) para estar presente en el presente, para saber que puedo estar bien en un c...